Naylamp o Ñañlamp es un personaje mitológico del antiguo Perú que obedeciendo el espíritu migratorio de su grupo, sale de la región de los maya donde habitaba, en compañía de su mujer Ceterni y de un inmenso séquito, recorriendo en balsa las costas de Centro América y Sudamérica hasta llegar a la hoy caleta de San José, en Lambayeque, donde decide afincarse. Fue en esta zona que construyeron un templo, al que nombraron "Chot" (huaca Chotuna) y en él colocaron un ídolo de jade verde al que llamaron "Llampayec". De allí provendría el nombre de Lambayeque
Fue Naylamp, el que trajo la civilización a las tierras lambayecanas. Según la leyenda fue un hombre de elevada estatura, aspecto aristocrático y altivo; llevaba un voluminoso turbante rematado por una diadema de plumas, sujeta a su vez por una magnífica turquesa.
Mucha gente lo acompañó, entre ellos sus oficiales: Pita Zofi que era el Tañedor de unos grandes caracoles, Ñinacola que era el que cuidaba sus andas y sillas, Ñinagintue que era el que cuidaba de sus bebidas, Fonga que tenía el cargo de derramar polvo de conchas marinas en la tierra donde pisaba, Occhocalo que era su cocinero, Xam Muchec que cuidaba de sus unciones, Allopcopoc que tenía a su cargo la preparación de los baños; Llapchillulli encargado de su vestimenta.
Una vez establecido, habiendo vivido muchos años en paz y habiendo tenido una gran descendencia; Naylamp nuevo Señor de estas tierras, decide partir y dejar a su gente, acercándose a la orilla del mar, despliega las alas y pronto desaparece tras el horizonte.
Quedó al mando, su hijo mayor Cium, el cual se casó con una moza llamada Zolzoloni; y en esta y en otras concubinas tuvo 12 hijos varones, cada uno de los cuales fue padre de una copiosa familia, y habiendo vivido y señoreado muchos años este Cium, se metió en una bóveda bajo tierra, y alli se dejó morir (y todo a fin de que posteridad lo tuviese por inmortal y divino).
Una vez muerto le sucedió Escuñain al cual le sucedió Mascuy, y a éste le sucedió Cuntipallec y tras el cual gobernó Allascunti y a éste le sucedió Nofan Nech, a éste sucedió Mulamuslan, tras ese señoreó Acunta, al cual le sucedió finalmente el señorio de Fempellec.
Ya queda visto como por la muerte merecida que dieron los suyos a Fempellec quedó el Señorío de Lambayeque, sin patrón ni señor natural en cuyo estado estuvo aquella numerosa república muchos días hasta que cierto tirano poderoso, llamado Chimo Capac, vino con invencible ejército, y se apoderó de estos valles, y puso en ellos presidios y en el de Lambayeque puso un señor y Cacique, el cual se llamó Pongmassa natural de Chimo. Murió este pacífico Señor y dejó por sucesor un hijo Oxa, y fue esto en el tiempo y coyuntura que los Incas andaban pujantes en las provincias de Cajamarca, porque así que este Oxa fue el primero que entre los de su linaje tuvo noticias de los señores Incas. Desde las temporadas de este comenzaron a vivir con el sobresalto de ser despojados de sus señoríos por mano y armas de los del Cusco.
A este Oxa sucedió en el cacicazgo un hijo suyo llamado Llempisán, a su muerte heredó el señorío Chullumpisan, al cual le sucedió un hermano suyo llamado Cipromarca y tras este señor otro hermano menor que se llamó Fallempisan. Finalmente muerto Fallempisan le sucedió Secfumpisan, en cuyo tiempo entraron al Perú numerosos españoles.